Siempre hay un camino a la izquierda

“El hombre es un animal político” es una frase de Aristóteles. Significa que el hombre se diferencia de los animales, entre otras cosas, porque vive en sociedades organizadas políticamente, en cuyos asuntos públicos participa en mayor o menor medida, con el objetivo de lograr el bien común: la felicidad de los ciudadanos.

Fabián Coelho
Licenciado en Letras

Desde mi baja como militante del PSOE hace unos meses (cuestión que no hice pública por sentimiento de fracaso personal ante todo) he estado buscando «mi sitio», políticamente hablando, entre las muchas (desgraciadamente) alternativas de la izquierda de este país.

En este blog en el que ahora anuncio mi decisión he ido desgranando algunas de las cuestiones que mas allá de liderazgos personales o circunstancias coyunturales de la aritmética parlamentaria, no me hacían comulgar del todo con el discurso de la izquierda dominante en España, tanto la denominada socialdemócrata como la «alternativa».

La primera y fundamental es casi filosófica, ser de izquierdas y nacionalista (sobre todo el excluyente) es incompatible. Cualquiera lo diría. Y luego, muchos marcos, erróneamente comprados por la izquierda y que alejan el discurso del ciudadano que que dice defender, como la defensa sin complejos de una inmigración legal y ordenada, (en primer lugar para defender las vidas y los derechos de las personas inmigrantes y después para generar un marco de convivencia más que necesario para evitar que calen los discursos de oido y división ante un proceso como el migratorio, inevitable además de necesario).

Otro ejemplo, la falta de pasión en mucha parte de la izquierda por defender a los Cuerpos de Seguridad del Estado cuando son la seguridad de todos, son los que nos garantizan la libertad y lo son sobre todo para los que no se pueden pagar una seguridad privada, por lo tanto un pilar de la democracia como la Sanidad o la Educación públicas.

Y en ese impás nació Izquierda Española, un proyecto que nace con la idea principal que esbozo aquí, no se puede defender la igualdad que debe defender una persona de izquierdas a través de programas desiguales que premian desigualdades. Los nacionalismos excluyentes además de ser insolidarios son anacrónicos en un mundo en el que avanza lo global y las estructuras supranacionales son cada vez más fuertes y con más competencias.

Después de mucho madurar la decisión, he dado el paso. He tramitado mi afiliación a Izquierda Española en la esperanza de que las ideas que tengo sobre que tiene que hacer la izquierda para recuperar la sintonía con la sociedad tengan el altavoz para ser escuchadas.

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